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5 abril , 2021

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¿De qué trata este artículo?: Descubre la esencia de la biomasa y sus diversas aplicaciones como una fuente sostenible de energía y calor.

Puntos clave:

  • Definición y tipos de biomasa.
  • Procesos de conversión.
  • Aplicaciones en calefacción y electricidad.
  • Ventajas ambientales y económicas.
  • Contribución a la sostenibilidad.

¿Qué es la biomasa? Consiste en utilizar la materia orgánica como fuente de energía. Un concepto sencillo pero que abarca mucho más, tanto en su proceso de producción de energía como en sus usos. Al contrario que las energías convencionales, la energía de biomasa no incrementa el efecto invernadero. Su nula aportación de dióxido de carbono a la atmósfera la convierten en energía limpia y sostenible. Una opción ideal para luchar contra el cambio climático y ayudar a proteger la naturaleza, por ello es importante saber qué es la biomasa. Conozcamosla un poco más y su definición, cómo se procesa o las ventajas que puede ofrecer frente a otros combustibles.

La biomasa y su procedencia

El significado de biomasa comprende toda materia orgánica procedente de animales o plantas que puede ser aprovechada como energía mediante combustión u otros procesos. Los desechos orgánicos y los residuos también pueden ser empleados para su elaboración. La biomasa puede clasificarse en residual o natural.

La biomasa residual es aquella que procede, como su nombre indica, de residuos. Basuras generadas por el ser humano, paja, serrín, estiércol, etc. Por otra parte, la biomasa natural procede directamente de árboles, plantas o bosques. Las ramas pequeñas o las hojas son algunos de los residuos de la naturaleza que se suelen emplear en este proceso.

En líneas generales la madera es el material más utilizado para generar energía. Podemos encontrarlo en diferentes formas, desde astillas a serrín o pellets para calefacción. Éstos últimos son el combustible estrella gracias a su alto poder calorífico. Su uso promueve la energía sostenible para el medio ambiente debido a que genera residuos contaminantes en una cantidad ínfima.

Ventajas de la biomasa forestal como biocombustible

Una de las características más importantes de la biomasa es su reducido coste en comparación a otras energías. Además, su producción ayuda a la limpieza de las zonas naturales como montes e inclusive la utilización de residuos generados por las industrias. Se trata de una energía renovable dado que hablamos de una fuente inagotable y con un impacto ínfimo en el medio ambiente.

A todo ello hay que añadir otros puntos igual de destacados. Se reduce el uso de combustibles fósiles, la disminución en la dependencia externa para abastecernos de otros combustibles o el reciclaje y eliminación de residuos como parte fundamental del proceso. 

¿Cómo se produce la biomasa? 

Como ya te hemos explicado, la biomasa puede clasificarse en natural o residual. Aunque hemos mencionado a grosso modo en qué se diferencian, es importante señalar los aspectos más importantes de cada categoría para, a partir de ahí, entender cómo se produce la biomasa. 

La biomasa natural es aquella que se produce de manera espontánea en la naturaleza, es decir, bosques y pastizales serían un buen ejemplo de biomasa natural. La producción de la biomasa, en este caso, se produce a través de la fotosíntesis. Las plantas convierten la luz solar, el agua y el dióxido de carbono en materia orgánica. Una vez esta biomasa se recolecta y es procesada, se utiliza para diferentes usos energéticos. 

Pasemos ahora a hablar de la biomasa residual, aquella que deriva de los residuos orgánicos de diversas actividades humanas, como la agricultura, la silvicultura o la industria alimentaria, por citar algunos ejemplos. De ella derivan subproductos como los restos de poda, las cáscaras, residuos de la madera o la paja; dándoles así una nueva vida y evitando que se desperdicien, siendo utilizados para producir energía. 

De poco o nada serviría la producción de biomasa si no se realizase de forma sostenible. Este es uno de los pilares básicos de la biomasa: minimizar el impacto ambiental y a su vez maximizar los beneficios en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. 

¿Para qué se utiliza la biomasa forestal? 

La biocombustible forestal y la energía renovable van de la mano. Su utilización puede dividirse para hogares o bien para la industria. Cuando hablamos de las calderas de biomasa su significado está ligado por ejemplo a generar energía, ya sea para calefacción o agua caliente. En las industrias su uso principalmente se emplea para la energía eléctrica. 

  • Biomasa en los hogares: La calefacción por biomasa es uno de los usos más comunes en la actualidad. Los pellets de madera es el combustible más utilizado para la obtención de energía calorífica. Otro de los usos más extendidos es la producción de agua caliente. El pellet de madera es una opción económica, sostenible y segura, con la que es fácil trabajar. Por ello muchas familias los prefieren a la madera, los huesos de aceituna y otros combustibles, instalando estufas de pellets en sus casas.
  • Biomasa en la industria: La combustión directa de biomasa por parte de las empresas está vinculada a la producción de energía eléctrica. Para lograr este aprovechamiento energético se introduce en una caldera que posteriormente ser quemada. La combustión calienta el agua que circulará a través de las tuberías de las paredes en la caldera, convirtiéndose en vapor. Este moverá la turbina conectada al generador, que será el encargado de producir la electricidad.

Tipos de biomasa: ¿cuáles existen? 

Después de hablar sobre su procedencia o los diferentes usos que se pueden aplicar , ¿sabías que también existen diferentes tipos de biomasa? Ésta se puede clasificar en dos tipos, dependiendo de su procedencia y la cantidad de agua. 

De acuerdo a su procedencia; los ecosistemas naturales son uno de los mayores ejemplos en los que poder atesorar biomasa. A partir de matorrales, árboles o plantas de cultivo se pueden extraer residuos que se pueden valorizar dando paso a subproductos con un altísimo poder energético, una de las características de este combustible. Dentro de la categoría procedencia también hay que destacar todas aquellas actividades en las que ha participado el ser humano, desde la industria ganadera hasta la agroalimentaria, entre otras. Los residuos que se generan en este tipo de industrias pueden ocasionar un grave problema a nuestro planeta si no son gestionados de forma adecuada, en cambio; de la manera óptima, pueden ser un recurso muy valioso para crear combustible de biomasa. 

Pasemos a hablar de la biomasa en función de la cantidad de agua que contiene. La biomasa seca, por ejemplo, puede proceder de la leña, muebles, residuos forestales o restos de la industria maderera. Por otro lado, la conocida también como biomasa húmeda, es toda aquella que proviene de residuos de fabricación de aceites, lodos de depuradora, entre otros. 

Ejemplos de biomasa 

Desde los residuos de madera hasta los desechos domésticos, pasando por los cultivos, la biomasa puede provenir de una multitud de fuentes, cada una con su propio conjunto de beneficios y desafíos. 

Dependiendo de su procedencia y de cómo cada uno se utiliza para generar energía de una forma más sostenible y respetuosa para el medio ambiente, algunos de los ejemplos más comunes de biomasa serían: 

Madera y residuos de madera: La madera es una de las fuentes de biomasa más habituales, con múltiples orígenes: árboles, residuos de aserraderos o desechos de la industria de la construcción. Los pellets, producidos a partir de madera procedente de árboles de menor calidad y residuos procedentes de la industria de la madera, son el ejemplo más común. 

Residuos agrícolas: Los residuos procedentes de cosechas como cáscaras, tallos, hojas o paja, así como el estiércol de animales, también son un ejemplo de biomasa. 

Residuos industriales: Dentro de la industria alimentaria, y en concreto los desechos procedentes de los procesos industriales, son utilizados para generar biomasa. 

Biomasa cultivada: Cultivos como el sauce, el álamo, miscanthus o la caña de azúcar son algunos de los cultivos plantados específicamente para la producción de energía. 

Estos son sólo algunos de los ejemplos más comunes de biomasa, pero existen otros muchos como la biomasa acuática o los residuos domésticos orgánicos. Cada fuente de biomasa tiene sus propios beneficios y desafíos en términos de producción, procesamiento y uso para la generación de energía, pero con un denominador común: reducir el impacto ambiental. 

¿Cómo se puede ahorrar en la calefacción del hogar?

Después de una detallada presentación te habrás dado cuenta de las innumerables ventajas que tiene la biomasa en el día a día, tanto para hogares como para la industria. Comprar pellets de calidad es clave para sacar el máximo partido al producto y todas sus bondades; desde el poder calorífico como por supuesto ahorrar en la factura de la luz. 

Este es precisamente uno de los motivos que ha llevado a miles de familias en nuestro país a dar el salto a los pellets. ¡Y no es para menos! Con la subida de la factura eléctrica, somos muchos los que hacemos malabares mes a mes para tratar de rascar unos cuantos euros. Mirar los tramos horarios más económicos se ha convertido en una constante desde hace un tiempo, por no hablar del gasto que pueden suponer encender ciertos electrodomésticos. 

Con los pellets no tienes de qué preocuparte. Por supuesto no está de más seguir echando un vistazo a esos tramos en los que la luz es más barata, pero el consumo de la estufa junto al precio de los pellets son dos de las claves para que pasarte a la biomasa sea la mejor forma de ahorrar en la factura eléctrica. Junto a estos dos factores se suma las características del producto, siempre y cuando hablemos de un pellet de calidad. En Bioforestal sólo podrás comprar pellets de calidad premium con los mejores certificados y sellos, además de una características técnicas inmejorables. ¡Nunca habías calentado tu hogar tan rápido!